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Aprender de la soledad (necesaria para crecer)

istock_000006187784xsmallComo humanos y personas sociales que somos, todos tenemos una necesidad de pertenecer a un grupo, de identificarnos con algo o vincularnos a proyectos.

Sin embargo, a menudo y de manera compulsiva, nos vinculamos con decisiones, relaciones, propuestas o proyectos, que no nos llenan o que no van a favor de nuestros valores.

Nos resulta difícil distanciarnos del mundo y de los demás (de manera consciente) y dedicarle tiempo a establecer cuáles son nuestras prioridades, nuestros valores y objetivos personales, revisarlos y corregirlos periódicamente. Éste es un trabajo que muy pocas personas que conozca, hacen.

 Y una (de entre otras) razones por la que nos cuesta tanto hacer esto, es por nuestro miedo a la soledad. Dejadme que os lo explique.

Poca tolerancia a las emociones negativas: ¿Qué hago con mis miedos e inseguridades? 

Si pensamos por un segundo en el momento de apagar las luces y meternos en la cama para dormir, posiblemente percibiremos que habían muchas cosas que estaban sucediendo, pero de las que hasta ese momento no nos habíamos percatado. Seguro que no nos habíamos dado cuenta del ruido de la calle, o del sonido de la lavadora, o de los crujidos de la madera de nuestro mueble. Sin embargo, pluf! ¿Verdad que ahora los oímos..y con bastante intensidad?. ¡Y más aún, si nos cuesta conciliar el sueño!.

Cuando evitamos permanecer a solas con nosotros mismos, estamos evitando apagar las luces y escuchar todas aquellas cosas de nosotros mismos que no queremos oír. Estamos tratando de escapar de todo ese ruido, de esas emociones, sensaciones o pensamientos que nos generan malestar y que nos hacen acordarnos de lo mal que nos va con el trabajo, o los problemas que tenemos con la pareja, o de la enfermedad que sufre nuestro familiar..

Si estamos en momentos vitales de crisis o de cambio además, en el momento que nos quedemos a solas, todas estas dificultades “no trabajadas” aparecerán con más fuerza. Es precisamente en estos momentos, cuando más nos cuesta estar a solas con nosotros mismos.

La soledad oportunidad para crear:

Sin embargo, el único modo de coger perspectiva y progresar hacia nuestros objetivos en el día a día, es tomándonos un tiempo de manera periódica y consciente para revisar nuestra ruta de viaje.

No hacerlo, significa vivir sin rumbo. Sería lo mismo que plantarnos en el aeropuerto y coger cualquier vuelo del que desconocemos el destino. Por un rato puede ser excitante, pero estamos expuestos cien por cien al azar. No sabemos dónde llegaremos, ni a qué clima nos veremos expuestos, ni qué cultura nos espera..Así que tenemos bastantes pocas probabilidades de que encaje con lo que nos gustaría.

Aprender a estar solos no significa pasar tiempo a solas físicamente o hacer cosas a solas. Podemos pasarnos mucho tiempo a solas, pero no estar usando esa soledad de manera creativa.

Aprender a estar solo significa dedicarnos tiempo, estemos bien o mal, a enfrentarnos con nuestra realidad y a reflexionar acerca de nuestras ilusiones, objetivos y metas.

Cuando no lo hacemos, nos negamos una información muy valiosa, que puede llevarnos a tomar decisiones, enfrentar situaciones y emociones, a poner soluciones.

Únicamente cuando estamos solos podemos ponernos en contacto con nosotros mismos. Porque estando solos, callamos todo el ruido externo (opiniones de los demás, presión social, etc.) que distorsiona y confunde nuestros valores y decisiones.

Raquel Ballesteros, 2010 ©